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Robert Capa, Muerte de un miliciano, 1936 |
En el año 1936 Robert Capa fotografío a un miliciano republicano en el momento en que moría.
El miliciano muerto pasó a la historia como la primera instantánea que captó la muerte. Según la versión oficial. El documental
La sombra del iceberg (Hugo Doménech y Raúl M. Riebenbauer, 2007) cuestiona que la fotografía fuera real mediante una serie de argumentos inapelables. Ya en 1975 Alex Kershaw, en su libro
The First Casualty, declara que la fotografía no es más que una puesta en escena. Esta afirmación no hizo ninguna gracia en el entorno de Capa, sobre todo desagradó a Richard Whelan, biógrafo oficial del fotógrafo y principal artífice de la magnitud de la leyenda de Capa. La versión oficial dice que ese día solo murió un hombre, pero en la serie de fotografías de Capa aparecen dos muertos: el mítico miliciano y otro. Y salta a la vista que no es la misma persona pese a que las fotografías tienen casi idéntico encuadre, por lo que se hicieron seguidas. Según el cineasta Patrick Jeudy, Robert Capa le pidió a los milicianos que posaran para conseguir las fotografías que necesitaba. Dado que la imagen que muestra al soldado que
realmente murió resta credibilidad a la famosa, la primera fue desapareciendo paulatinamente de la historia de la fotografía. Es el forense Fernando Verdú quien da más razones para creer que la fotografía es un montaje.
Verdú explica que no encontramos indicios de un impacto con arma de fuego, ya que no hay destrozo craneal ni sangre en la inmaculada camisa blanca del miliciano. Por otra parte, el personaje viene corriendo y cae, por lo que se necesitaría un disparo cercano y con un arma de gran calibre, tampoco es el caso en la Guerra Civil. El último argumento que da Verdú es que la mano izquierda del miliciano debería estar relajada al estar muerto, y no totalmente en tensión como la observamos en la fotografía.
Mario Brotons fue un historiador aficionado que creyó encontrar la identidad del miliciano.Según él, fue Federico Borrell "Taino" el personaje fotografiado por Capa. Pero los directores del documental encuentran
un periódico anarquista, Ruta Confederal, donde se describe un compañero describe la muerte de Taino. La descripción no tiene nada que ver con lo ofrecido en la fotografía. Por si quedaba alguna duda, Fernando Verdú analiza una foto de Borrell y otra del miliciano y encuentra varias diferencias, como la edad, el lóbulo de las orejas, los dientes o la forma de la mano.
En el documental también se investiga el lugar en que fue tomada la fotografía. Nuevamente se cuestiona la versión oficial, que dice que la fotografía fue tomada en Las Malagueñas, a las afueras de Cerro Muriano (Córdoba). Como alternativa se ofrece
Cerro de la Coja, también en Cerro Muriano. Este último emplazamiento ofrece más posibilidades fotográficas que el anterior.
También se pone en duda que la foto fuera tomada por Capa, ya que cuando Gerda Taro (su novia y compañera de trabajo) murió, Capa le dedicó un libro de fotografía en cuya portada aparecía
El miliciano muerto. Por último,
John G. Morris, amigo de Capa y primer director ejecutivo de Magnum, argumenta que es muy poco probable que Capa se posicionara delante de unos milicianos inexpertos que estaban disparando. En todo momento se deja claro que el hecho de que la fotografía fuera un montaje no le resta mérito artístico, simplemente se busca la verdad.
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