Baeza situó en los años 80 la época en la que el fotoperiodismo comenzó a ser denostado. El auge del conservadurismo neo-liberal (Tatcher o Reagan) hizo que surgiesen "pensadores" dispuestos a hablar mal del fotoperiodismo, lo que causó un divorcio entre la producción real del fotoperiodismo y el uso que de esta hacían las grandes cabeceras (dedicadas cada vez más a contenidos mediáticos).
Otro problema que expuso el conferenciante es el de la falta de reconocimiento por parte de redactores, lo que perjudica al periodismo en conjunto, ya que ante una crisis como la que vive la profesión, todos sus componentes deberían mostrar unidad.
Baeza señaló la importancia de contar con orientadores gráficos dentro del fotoperiodismo, esto es, profesionales que ayuden a documentar los trabajos, a elaborar planes de trabajo, a seleccionar imágenes, etc. Al hilo de este tema, habló sobre el creciente uso de fotos tomadas por "fotoaficionados" que ha creado un gran debate en la comunidad periodística. La conclusión del conferenciante es que se pueden usar este tipo de imágenes siempre que se cuente con un editor detrás. De lo contrario el fotoperiodismo perdería credibilidad.
La conferencia terminó con una cita de Marcuse: "la belleza forma parte de la imaginería de la liberación", es decir, debemos cuidar la estética, pero teniendo claro que la razón de ser de nuestra profesión no es esa, sino el testimonio.
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